El poder: conseguirlo y conservarlo. Repasen a Maquiavelo
Dos maneras de obtenerlo: por asalto- golpes de estado- y
por las urnas –democracia-.
La ilegitimidad de la primera es clara, aunque tenga
partidarios.
Centrémonos en la
segunda: la democrática.A pesar de su legitimidad, el ciudadano responsable
cada vez está más harto de los “políticos”. De sus mentiras, de sus
simulaciones, de sus sobreactuaciones.Todo por seguir en las poltronas.Algunos
olvidan, interesadamente, claro, que son medios, no fines. Como decía Unamuno,
viven de la política, no para ella.Más como profesión que como vocación o
misión. La ética, la honestidad, la ejemplaridad no rigen sus conductas. Por eso
la hemeroteca denuncia las
contradicciones y las hipocresías de estos patriotas de boquilla. Este
“mal” o lacra deteriora la convivencia ¿Ocurre
en todas la comunidades democráticas? La respuesta es que no en el mismo grado
y con la misma impunidad.
El éxito de estos “virus” es inversamente
proporcional al mayor número de ciudadanos críticos comprometidos, con conciencia civil. Y
directamente proporcional a la cantidad
de sujetos pasivos(corderos, siempre
silenciosos) o “tontos” activos. Sí, la historia y la cultura de los diferentes
países ha determinado distinta proporción en la cantidad de unos y de otros.
El problema no tiene
una solución fácil No se arregla quitando a unos y poniendo otros Tiene que ver
con la calidad de los elegidos y…de los
electores. Y por eso la educación es el “desideratum”. Nos lo avisó no hace
tanto Tocqueville. .Desarrollar
la conciencia crítica es la clave como antídoto de la manipulación. Aunque
resulte un tópico, incluso en el ámbito religioso, “nuestra” elección del
Dios equivocado “optando” por la Contrarreforma lastró sustancialmente ese
objetivo.”Recientemente” el nacional-catolicismo franquista potenció esa rémora
contra la razón.Nuestra actual etapa democrática, tan halagada, ha dejado ver , con
la crisis ,su costura gatopardiana(“para que todo siga igual es necesario
cambiarlo todo “).No nos engañemos ,aunque con la globalización sean un mito las soberanías nacionales, unas comunidades-países-están más
preparadas que otras para resistirse. Tienen, por su historia, más individuos críticos.
En nuestro país no
necesitamos “ salvadores” ,de uno u otro
signo, que nos embarquen en aventuras hacia el desastre. Necesitamos gente HONESTA
y con SENTIDO COMÚN que colaboren a que
cada vez haya más ciudadanos libres y críticos frente a fidelidad y
clientelismo. ¿ES ESO IMPOSIBLE?
Postdata.-Curioso El otro día leyendo un artículo de Felix
de Azúa conocí que Benito Arruñada (Uno
de los talentos de este país, según él) pensaba lo mismo que yo digo en mi
escrito. Tampoco es tan difícil pensarlo
Francisco Hernández Guirao
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