El término “razzia” se relaciona con incursión, correría, redada de gente armada para obtener
un botín, un resultado .Por extensión podríamos aplicarlo en otros ámbitos.
Últimamente el ministerio de Trabajo está llevando a cabo
una ofensiva espectacular con objeto de detectar irregularidades laborales .Jóvenes
inspectores visitan restaurantes, bares (incluso en festivos y a horarios
tardíos), comercios,…etc. con una frecuencia inusual .En principio no cabría
objetar nada a esta acción administrativa para aflorar la actividad sumergida. Sin
embargo esa sería una lectura primaria según
algunos “ mal pensados”.Éstos creen
que responde a intereses electoralistas .Se trataría, según ellos, con este afloramiento”
a las bravas” y repentino, de cambiar de manera acelerada las cifras del paro. Esta “razzia” estaría
complementada con una machacona publicidad-en la TVE, por ejemplo-del éxito obtenido. Aunque
resulte difícil justificar el comportamiento de estos “defraudadores “, también
es injusto obviar algunas circunstancias que no ayudan precisamente a cumplir. La
excesiva carga impositiva, la pobreza del consumo (la” devaluación interna”, que
llaman los técnicos) y otros factores, les abocan a la ruina incluso con esas irregularidades .Se mueven
muchos de ellos en una economía de subsistencia con un contexto de crisis
brutal. Algunos piensan (pensamos) que, como siempre, resulta más fácil
resolver los problemas presionando “ a los de abajo”.Es difícil cuestionar la
lucha contra lo irregular. Lo cuestionable es la asimetría en comparación con
el gran fraude. Algunos creemos que logrado el poder , tras las elecciones, la
presión descenderá sobre esos pobres autónomos y las cosas volverán a ”la
normalidad”.Y eso es poco serio y un engaño. La acción del Estado debería
ser menos coyuntural, más justa ,
equilibrada y simétrica Claro que…estoy hablando de otro sitio.
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